6. Las razones para el cambio
Diferentes autores han propuesto una analogía entre la evolución de los medios de comunicación y las
universidades (Campbell, 2010; Tapscott, 2009). Las universidades se han configurado en su gran mayoría
por las fuerzas de «mass production» (docencia unidireccional, de uno a muchos) y por los sistemas de
auditorías para la evaluación de indicadores estandarizados. En otras palabras, una educación pensada en
término de producto y no como un proceso. En los medios de comunicación existe una estrategia
conservadora basada en cerrar la información para generar beneficios vía pagos directos por consumo.
Pero algunos medios están innovando en su estrategia al abrir la información para generar conexiones y
favorecer la difusión (y, por tanto, maximizar la rentabilidad social). Algo similar sucede en las
universidades, pero en la mayor parte es la estrategia conservadora la elegida en la práctica. Mientras en los
medios, el principal reto y dificultad es la rentabilización económica de una u otra estrategia, en el caso de
universidades públicas la medida de éxito debería ser la captación de estudiantes y talento y la devolución
de valor simbólico y conocimiento a la sociedad y, por tanto, una estrategia abierta sería más eficaz.
Pero además de estos incentivos positivos, las universidades deberían pensar en otros de carácter negativo
que podríamos identificar como los nuevos competidores a los que se enfrenta la universidad tradicional.
Podemos señalar al menos tres tipos: las universidades corporativas en las que grandes grupos
empresariales proporcionan formación «a medida» a sus empleados (y futuros empleados); las
universidades P2P (como, por ejemplo, la Peer to Peer University7) con una organización formal mínima y
que utilizan intensamente los recursos digitales para proporcionar educación de una forma flexible; y los
proyectos educativos de grandes empresas de Internet (como la iTunes University de Apple o los canales
educativos en YouTube por poner algunos ejemplos).
Diferentes autores han propuesto una analogía entre la evolución de los medios de comunicación y las
universidades (Campbell, 2010; Tapscott, 2009). Las universidades se han configurado en su gran mayoría
por las fuerzas de «mass production» (docencia unidireccional, de uno a muchos) y por los sistemas de
auditorías para la evaluación de indicadores estandarizados. En otras palabras, una educación pensada en
término de producto y no como un proceso. En los medios de comunicación existe una estrategia
conservadora basada en cerrar la información para generar beneficios vía pagos directos por consumo.
Pero algunos medios están innovando en su estrategia al abrir la información para generar conexiones y
favorecer la difusión (y, por tanto, maximizar la rentabilidad social). Algo similar sucede en las
universidades, pero en la mayor parte es la estrategia conservadora la elegida en la práctica. Mientras en los
medios, el principal reto y dificultad es la rentabilización económica de una u otra estrategia, en el caso de
universidades públicas la medida de éxito debería ser la captación de estudiantes y talento y la devolución
de valor simbólico y conocimiento a la sociedad y, por tanto, una estrategia abierta sería más eficaz.
Pero además de estos incentivos positivos, las universidades deberían pensar en otros de carácter negativo
que podríamos identificar como los nuevos competidores a los que se enfrenta la universidad tradicional.
Podemos señalar al menos tres tipos: las universidades corporativas en las que grandes grupos
empresariales proporcionan formación «a medida» a sus empleados (y futuros empleados); las
universidades P2P (como, por ejemplo, la Peer to Peer University7) con una organización formal mínima y
que utilizan intensamente los recursos digitales para proporcionar educación de una forma flexible; y los
proyectos educativos de grandes empresas de Internet (como la iTunes University de Apple o los canales
educativos en YouTube por poner algunos ejemplos).
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